Boys, boys, boys...(cuanta puta y yo que viejo)

domingo, 16 de septiembre de 2007

Imagínense a un par de productores despiadadamente astutos pensando en que producto les puede llenar a rebosar los bolsillos de Ecus. Y que ese par, dándole a la neurona, deciden finalmente después de mucho brainstorming, puro en boca y copa de amaretto en mano, lo que van a crear. Han resuelto, bilateralmente y por consenso, que van a poner en la tele a una tía que mientras canta, vaya enseñando constantemente sus tetas descomunales. Eso sí, con mucho disimulo y arte basado en una fuerte interpretación y mucho método Stanislasky, o como coño se escriba. No importa que la canción sea un truño, comentan, o que la tipa no diferencie un pentagrama de un taco de mortadela, matizan. Las buenas canciones ya no importan.

Lo importante son ese par de buenas tetazas para un público selecto de babosos onanistas que van a saquear las tiendas de discos en busca del vinilo de 45 revoluciones de marras… Harán un cásting exhaustivo, con felación incluida faltaría más – deciden - y a partir de ahí, a ingresar morteradas de liras en sus cuentas corrientes del Banco di Roma. Aunque suene un tanto psicodélico o incluso para crujirse de risa y no echar ni gota, ese producto fue Sabrina Salerno… Y para muestra, ese pedazo de obra llamada Boys, boys, boys… Obra magistral que deja a la altura del betún a cualquiera de las operuchas de su compatriota picha-floja Giuseppe Verdi.

No hay comentarios: